miércoles, 7 de octubre de 2015

(DESARROLLO) (PASO 2)

(EJEMPLO)


Erosión, desertificación, deforestación y pérdida de la biodiversidad.

Tanto la erosión, como la desertificación, la deforestación y la pérdida de la biodiversidad son problemas ecológicos íntimamente ligados entre sí y resultado de diversos factores que tienen que ver con la forma que se han manejado los recursos naturales renovables y con algunos factores naturales.





Por erosión podemos entender el desgaste producidos en forma más o menos lenta y continua del suelo, debido, como acabamos de señalar, a diversas causas derivadas del uso del suelo y de algunos fenómenos naturales.



La erosión es, por así decir, el primer efecto degradante del suelo y que con relativa frecuencia pueda culminar con la desertificación del mismo, es decir con la pérdida casi completa de la capacidad del suelo para mantener sobre sí una cubierta vegetal. Si el desgaste del suelo es tanto que pierde los nutrientes elementales para la vegetación, ésta desaparece y es cuando se dice que el suelo queda desierto.




Aunado a lo anterior, se da también el cambio de la cubierta vegetal en bosques y selvas. Estos bosques y selvas desaparecen como tales al irse incorporando a otros usos, básicamente agrícolas y ganaderos.




Por último, por pérdida de la biodiversidad, podemos entender la reducción de la variedad de las especies animales y vegetales que conforman el patrimonio ecológicos, que no es otra cosa que la extinción, más o menos gradual, de diversas especies que simplemente desaparecen, provocando no sólo la pérdida definitiva de una o varias especies determinadas, sino un impulso hacia la probable ruptura en el equilibrio ecológico de las unidades medio ambientales que a su vez ponen en peligro la existencia de otras especies y la existencia misma del sistema ecológico como tal.



Otros especialistas han destacado la importancia del modelo del desarrollo agrícola derivado de la Revolución Verde en el agotamiento del suelo.

Los problemas de esta agricultura son varios:

   -El uso de fertilizantes deteriora la fertilidad natural del suelo.





   -El monocultivo redunda en detrimento de la riqueza en la variedad de la vegetación. Dicha variedad actúa como una forma natural que inhibe el desarrollo de las plagas.




   -Además frecuentemente, se suele usar la llamada semilla mejorada que son semillas genéticamente diseñadas para los altos rendimiento según condiciones específicas de humedad.



   -El desgaste paulatino del suelo por el uso de estos insumos, a lo largo plazo produce la pérdida del suelo superficial.



Otro fenómeno que es importante comentar es el referido al cambio de uso del suelo. Por ejemplo. La ganadería, al ser la actividad productiva primaria de mayor rentabilidad en términos comerciales, las superficies destinada a ella ha venido creciendo significativamente, desplazando áreas agrícolas y sobre todo forestales. Por su parte, la superficie dedicada a la agricultura también se ha extendido, desplazándose a su vez en bosques y selvas.






Contaminación del aire, agua y suelos


Acabamos de ver los problemas ecológicos derivados del uso de los recursos naturales renovables que ha implicado sus descastes. Este desgastes se expresó en la erosión del suelo y sus consecuencias posteriores, como lo son la forestación, la desertificación y que culminan en la perdida de la biodiversidad.

Sin embargo, existen otra serie de problemas importantes, muy vinculados a los anteriores, pero, que surgen sobre todo por vía de la contaminación, es decir, por la adición de sustancias que alteran las propiedades naturales de los recursos, que al rebasar los límites de tolerancia de los organismos se convierten en amenaza y ocasionan la muerte de los mismos.




SUELOS



La adición de sustancias que provocan la contaminación del suelo está relacionada con varios tipos de productos qué se vierten a él. 

Estos son, en buena medida, productos que han sido utilizados y que constituyen los desechos de distintos procesos de uso, que va desde los domésticos hasta los industriales y agrícolas. 
Ejemplo de esto son las llamadas aguas negras, que contienen concentraciones de detergentes, grasas, solventes, etc. 



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